INMIGRANTES
SUS PROBLEMAS
Las migraciones ya no son lo que eran en el
pasado, cuando el desarraigo, la nostalgia y el olvido eran algunas de las
notas características de estos movimientos. Hoy la situación ha cambiado
gracias a la mejora en la calidad y en la intensidad de las comunicaciones
entre quienes se van y sus sociedades de origen.
Tanto el drástico descenso en los precios de las
llamadas telefónicas y los billetes aéreos (y su mayor frecuencia) como la
explosión de Internet han revolucionado la vida de los inmigrantes.
Los
principales problemas que enfrentan una buena parte de los inmigrantes
latinoamericanos en España, y la inmigración en general, provienen de la
inmigración ilegal. De ella derivan otras cuestiones de una gran gravedad
social, muchas veces agravados por la existencia o la dependencia de grupos delictivos
organizados, verdaderas mafias, que viven de las necesidades de los
inmigrantes. Así nos encontramos con cuestiones como la marginalidad social; un
deficiente acceso a la vivienda, que comúnmente se salda con la ocupación de
infraviviendas; la vida clandestina o semiclandestina en la que se mueven los
ilegales, que es a su vez causa de males mayores; la dedicación laboral en
empleos de mala calidad o pésimamente pagados; la delincuencia, la prostitución
y la explotación de menores, etc.
En
el caso de los latinoamericanos en España hay una cierta complicidad social y
un mayor laxitud en el trato policial que unida a las ventajas de la lengua
sirve para “proteger” a muchos ilegales
La falta de documentación en regla somete a los
inmigrantes ilegales a un mayor estrés cotidiano, ya que no sólo les impide
acceder a una serie de servicios públicos y, en menor medida, privados, sino
también en determinadas ocasiones, especialmente si son detenidos por la
policía, los puede situar al borde de la deportación.
Los
países desarrollados necesitan de los inmigrantes y su presencia en las
sociedades de destino no pasa desapercibida. El choque cultural, unido a
diversas cuestiones que giran en la órbita de la inmigración, genera una serie
de conflictos entre los nacionales de un país y los recién llegados: el acceso
a los servicios, su financiación y el mantenimiento de ciertos estándares de
calidad; la competencia por el mercado de trabajo, por más que buena parte de
los inmigrantes cubra empleos no deseados por los locales; la sensación del
aumento de la inseguridad, etc. Estos y otros conflictos no sólo no deben
ocultarse sino que deberían incorporarse de forma prioritaria a la discusión
pública, haciéndolo de una forma seria y responsable y sin condicionamientos
xenófobos.
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